En el sexo, como en el resto de cosas importantes de la vida, hay placeres para todos los gustos, y cada persona entiende precisamente la pasión y la lujuria de una manera diferente y excitante. Por ejemplo, hay mujeres a las que les encanta llevar las riendas en la cama y poseer a sus hombres durante todo el tiempo, y otras a las que les pone más eso de ser dominadas, e incluso azotadas, siempre dentro de unos límites. La dominación sexual está dejando de ser cada vez más un tabú para convertirse en una forma de disfrutar del sexo como otra cualquiera, solo que más intensa y salvaje.

De hecho, hay muchas mujeres que afirman que al principio no estaban cómodas con este tipo de placeres, pero que poco a poco se han ido haciendo más a ellos y ahora no entienden el sexo si no es mediante la dominación. Es un acuerdo tácito entre las dos personas, en las que ambas están dispuestas a llevar esa situación más allá y disfrutarla como si no hubiera límites. De hecho, los límites o barreras los ponemos nosotros, y eso es lo único importante. Mientras que ambos estén de acuerdo y lo disfruten de la misma forma, el placer no debe tener ningún tipo de barrera, y menos cuando se trata de dominación.

Azotes, algo que encanta a muchas chicas

Es una de las fórmulas de dominación más simples pero también de las más eficaces, porque un buen azote, en el momento justo, es el empujón que alguien necesita para ponerse aún más cachondo. Y es que este tipo de azotes, especialmente en el trasero, son muy sensuales, siempre que sepamos cómo darlos, claro está. Empezaremos por algo más suave, para ir intensificando si nuestra chica nos lo pide. En muchas ocasiones, en el fragor del sexo, ese punto de dolor hace que las cosas sean aún más excitantes, y es ahí donde está la clave para entender que los azotes no son ni mucho menos una forma de maltrato, sino una manera de llevar el placer más allá.

El sexo oral no puede faltar

Aunque no tiene que ver exactamente con la dominación como solemos entenderla, el sexo oral también es una fórmula perfecta para llevar a cabo este tipo de prácticas, porque al final, aunque seamos nosotros los que estamos llevando a cabo el placer o recibiéndolo, estamos a merced de la otra persona. Podemos bajar más allá de las caderas de nuestra chica y hacerle ver las estrellas con nuestras habilidades con los dedos, los labios y la lengua. A las mujeres les encanta que un hombre sepa darles placer oral de esa forma, porque la mayoría no lo tienen muy en cuenta, y cuando ellas descubren lo que pueden disfrutar con ese tipo de orgasmos se vuelven locas.

También podemos dejarnos llevar mientras nuestra chica nos domina haciéndonos sexo oral. En este caso, las miradas son realmente importantes porque es cierto que es aquí donde se planta la semilla de la dominación, también por nuestra parte. Estamos por encima de ella y ella nos mira desde abajo con unos ojos llenos de vicio y morbo mientras nos hace la mejor mamada de nuestra vida… ¿Cómo no excitarnos ante algo así? Es una pugna, como toda la dominación, por ver quién está por encima del otro, aunque con el mismo objetivo: disfrutar juntos del placer más allá de lo convencional.

Bondage

Es una de las prácticas más habituales dentro de la dominación, y tiene que ver con ponernos a disposición de la otra persona por completo, convirtiéndonos en sus esclavos sumisos, o haciendo que nuestra chica haga lo propio con nosotros. Con mucho cuero, con la utilización de látigos, esposas y demás, la parafernalia nos provoca un placer exultante. Hemos visto un millón de veces este tipo de relaciones en el cine y la televisión, aunque distan mucho de lo que se siente luego al practicarlo uno mismo. Sin embargo, es también una muestra de confianza total en la otra persona, porque quedamos completamente a su merced.

Juguetes eróticos, ¿cuáles podemos usar en estas prácticas?

Hay muchas formas de disfrutar de una relación de dominación, pero seguramente no puedas imaginarte ninguna de ellas sin algún que otro juguete sexual. Y es que hay tal variedad de ellos que uno puede encontrar seguro el más apropiado para cada momento, para cada instante de placer. Por ejemplo, si estamos dominando a nuestra chica, utilizar un dildo o un vibrador y sentir cómo se excita es una de las opciones más usuales, aunque existen muchas otras que seguro que te interesarán, para llevar el placer mucho más allá.

En el bondage, como ya vimos, se utilizan las esposas y los látigos para dar pequeños azotes. También podemos buscar plumas con las que hacer disfrutar a nuestra pareja mientras está atada. Las bolas chinas pueden ser otra alternativa en cuanto a juguetes eróticos de dominación, e incluso buscar algo más extremo, si somos más experimentados en todo esto. Trajes de cuero especiales, mordazas, etc… Todo lo que se nos ocurra, y todo lo que estemos dispuestos a probar, quedará bien para disfrutar de un placer más morboso y excitante, que al fin y al cabo es lo que queremos.