España y Portugal son dos naciones hermanadas por la propia geografía, ya que ambas forman parte de la Península Ibérica. A pesar de las luchas entre ambos países durante siglos, hoy por hoy la relación es bastante buena y fluida, especialmente en las zonas donde hay frontera entre ellos. Con un nivel de vida bastante similar, las diferencias salen a relucir cuando  hablamos de la cultura de cada lugar. Y es que hubo un tiempo en el que estos dos países reinaron en el mundo, y prácticamente se repartieron los territorios conocidos de todo el globo. Si bien Portugal consiguió mantener su legado allende los mares, a pesar de que hoy su territorio no se extienda mucho más allá del peninsular, España ha aprendido a evolucionar y buscar un nuevo futuro, alejado de aquel imperialismo medieval. Hay cosas en las que ambos países se diferencias bastante, y otras en las que podrían pasar por un solo. En lo que las mujeres respecta, las diferencias sí que se vuelven más evidentes, como podemos comprobar con solo dar una vuelta por las ciudades de cada país.

La imponente belleza de las españolas varía mucho de un sitio a otro, ya que por pura estadística, son muchas más que las portuguesas. Sin embargo, también debemos tener muy en cuenta el legado cultural y racial de cada país. En España, la sangre morisca todavía sigue presente en muchos de nosotros. En Portugal la mezcla con los africanos fue a posteriori, en siglos más recientes, provocando cambios muy evidentes en la genética local. Las mujeres portuguesas se asemejan a las españolas en su intensidad y pasión, pero también poseen una belleza diferente. Más allá del tópico manido de que son menos femeninas, algo que cae por su propio peso cuando las vemos, encontraremos en Portugal auténticas diosas sensuales. En las calles, en las tiendas, en los bares… y también en los prostíbulos, pese a que estos son ilegales en territorio luso, como también lo son en territorio español. La ley en Portugal es muy similar a la española, pero el debate abierto sobre la regularización de este negocio cada vez está más cerca de dar un nuevo impulso a la prostitución.  

Mismo oficio, dos realidades diferentes

Para entender las diferencias entre las prostitutas portuguesas y las españolas tenemos primero que apreciar su contexto. Legalmente, su situación es muy similar. En ambos países la prostitución está técnicamente prohibida, pero a efectos prácticos se lleva a cabo de muchas formas diferentes. En Portugal las escorts trabajan en la calle, pero sobre todo en casas particulares y prostíbulos camuflados.

Muchas de ellas consiguen a sus clientes gracias a los anuncios por Internet, algo que también se da en España, al menos hasta la última regularización de la ley, que persigue mucho más la compra-venta de servicios sexuales. El oficio es el mismo y en el fondo las prostitutas de ambos países realizan el mismo trabajo, pero solo con cruzar la frontera ya notamos que entre ellas hay muchas diferencias.  

Servicios que se ofrecen

Los servicios de las prostitutas portuguesas suelen ser similares a los de las trabajadoras sexuales españolas. Básicamente, porque en todo el mundo este tipo de mujeres se esfuerzan en ofrecer siempre lo mejor a sus clientes. Como es natural, las que trabajan por su cuenta y responsabilidad pueden escoger qué tipos de servicios realizan y cuales no. Hay  muchas chicas que, por ejemplo, no realizan griego o piden un precio especial por él. Lo habitual es que una relación con una prostituta incluya felación y penetración, aunque por algo más de dinero podemos obtener también servicios más especiales. Por ejemplo, el BDSM está extendiéndose mucho entre las prostitutas portuguesas, ya que suele ser muy popular entre los hombres.

En Portugal también podemos encontrar escorts VIP que ofrecen servicios de acompañamiento y también sexuales a los hombres. Sus tarifas son más altas, porque suelen ser más atractivas y elegantes, más cultas… En España es más sencillo encontrar a estas escorts ya que hay una gran variedad de ellas en cada ciudad importante. Además, la mayoría de prostitutas que trabajan en Portugal son locales, algo que no ocurre en España, donde hay chicas de muchas nacionalidades diferentes, especialmente latinas y africanas. Esta podría ser seguramente la principal diferencia general entre ambos países en lo que a la prostitución se refiere. De todas formas puede ser una ventaja si queremos tener sexo con una portuguesa real en el país vecino, porque al final serán más fáciles de encontrar que una escort española aquí.  

Precios y seguridad

Aquí es donde encontramos diferencias más grandes entre portuguesas y españolas. A la hora de obtener los servicios de unas y otras debemos tener muy en cuenta el precio de sus tarifas, y sobre todo, la seguridad de los lugares donde vayamos a llevar a cabo las relaciones. Y es que Portugal y España son países relativamente seguros, pero es cierto que al ser la prostitución un negocio oculto, podemos encontrar algunos problemas. Lo importante en todo caso es seguir el sentido común, entender que las tarifas de las chicas se deben pagar solo cuando estemos con ellas y que es mejor disfrutar de su compañía en hoteles o en pisos seguros. Tener relaciones en la calle puede acarrear, además, alguna multa indeseada que nos podría llevar incluso al calabozo, si no nos cuidamos.

La higiene es un asunto de suma importancia, y en ambos países hay de todo, así que mejor no andarse con tonterías y buscar a chicas limpias y con buen aspecto. En cuanto a los precios, como es natural, varían mucho de una escort a otra. Hay chicas que por treinta euros te pueden hacer un completo, las más económicas, y otras que te piden más de 200 euros por una hora de relación. Dependerá de muchos factores, como la edad, la experiencia, el atractivo físico… Es cierto que hemos notado una diferencia general entre el precio de los servicios de las portuguesas y las españolas, con respecto sobre todo a los servicios completos. En este sentido, las trabajadoras sexuales lusas suelen cobrar de media un 20% menos, ya que los precios generales en aquel país también están más bajo. Esto puede ser una ventaja si venimos desde España, pudiendo encontrar sexo algo más barato con solo cruzar la frontera.  

Cómo escoger a la escort perfecta

Teniendo en cuenta que los gustos personales son imprescindibles para encontrar a lo que cada cual considera como la escort perfecta, nosotros vamos a darte algunos consejos. Lo primero, busca siempre a chicas que sean legales, que tengan buenas referencias y que te hagan nacer el deseo nada más verlas.

Escoge bien a la escort y asegúrate de hablar antes con ella por teléfono o mensaje, para cerrar todo lo que tiene que ver con los servicios de antemano. Elige a las chicas que trabajan por su cuenta, porque así te aseguras que no hay nadie que la esté extorsionando. Sé higiénico y respetuoso y pide lo mismo a la chica. No pagues nunca nada antes de comprobar que la chica es como dice ser enpersona. Y por supuesto, deja atrás los tabúes y disfruta.